martes, 20 de agosto de 2013


Retrasar la maternidad, ¿sabemos las consecuencias?


Este artículo fue publicado en: http://www.laopiniondemalaga.es/
Puedes leer su versión original en: http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2013/08/18/retrasar-maternidad-consecuencias/610780.html


Dr. Claudio Álvarez Pinochet
 
Los especialistas en reproducción e infertilidad nos enfrentamos a diario con situaciones de pacientes donde sentimos que hemos llegado tarde y que muchas veces no tenemos las herramientas para hacer cumplir el sueño de muchas parejas de ser padres. Sabemos que si les hubiésemos orientado, educado o informado a tiempo no estaríamos ahora tomando decisiones sobre diagnósticos o tratamientos que muchas veces producen un estado de choque, de ansiedad y de angustia en la pareja y cuya decisión definitiva cuesta tomar.

En los tiempos que vivimos, la maternidad forma parte de nuestros objetivos a mediano o largo plazo, pero no sabemos la realidad de la función reproductiva ni el pronóstico de la fertilidad en nuestra especie. Cada vez retrasamos más la llegada de nuestro primer hijo. Tanto es así que en la década de los setenta sólo el 1% de los niños nacidos (primer hijo) tenían madres mayores de 35 años. Más de treinta años después esta cifra ha aumentado a un 10% aproximadamente.

La mayoría de las mujeres cree que la maternidad es importante, y cuentan con la esperanza de tener dos o tres hijos, el último de ellos después de los 35 años. El tener hijos es ya una decisión voluntaria de la mujer y no una imposición. Tener una relación estable, haber completado su desarrollo profesional o laboral y contar con una seguridad económica, son algunos de los requisitos que se tienen en consideración antes de pensar en la maternidad. La mayoría de las parejas subestima el impacto de la edad de la mujer en la fertilidad y sobreestima los resultados de las distintas técnicas de reproducción asistida, lo que acarrea un riesgo de buscar tardíamente la maternidad. La decisión de retrasar la maternidad es una decisión libre, pero que debe ser tomada con conocimiento y asumiendo sus posibles consecuencias futuras.

La edad de la mujer es el factor más importante desde el punto de vista de la fecundidad. Dicha fecundidad permanece relativamente estable en un 23% por mes hasta los 30 años y luego comienza a disminuir de forma acelerada a partir de los 37 años, incrementándose el número de mujeres infértiles.

Es importante que las pacientes sepan que cuando su médico de cabecera o su ginecólogo, en su revisión anual, les dice que todo esta perfecto, no significa necesariamente que desde el punto de vista reproductivo esté todo bien. En otras palabras, una mujer de 43-45 años puede tener una salud perfecta, sus revisiones ginecológicas normales, pero tiene una altísima probabilidad de tener un mal pronostico reproductivo asociado a su edad.

Todo lo anterior nos debe llevar a un nuevo concepto de «prevención de la infertilidad», responsabilidad de los profesionales de la salud, personal sanitario en general y de la sociedad toda. Por esto es necesario, dado la espiral de desarrollo en la que estamos inmersos, que seamos conscientes de la necesidad de fortalecer este nuevo concepto, fortaleciendo los conocimientos sobre los factores que influyen en el pronóstico reproductivo de una mujer. Especialmente y entre otros, la edad, las nuevas posibilidades de preservar la fertilidad como la vitrificación de ovocitos, la congelación de tejido ovárico y la congelación del semen, según sea el caso. Con todo, la pareja debe tomar sus decisiones libremente y con conocimiento de las posibles consecuencias de la postergación de la maternidad que, por último, es uno de los principales problemas emergentes del último tiempo.

*El Dr. Claudio Álvarez Pinochet es trabaja en la Unidad de Reproducción (URE) del Centro Gutenberg de Málaga

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